25 horas bajo el agua

El instructor de buceo británico de 40 años de edad, Simon Townsend (Liverpool, 1967), ha pasado la noche bajo el agua. La noche y gran parte de la tarde de ayer. A las siete se zambullió en las aguas de Cala en Forcat (Menocar) y no tiene intención de salir hasta las ocho de esta noche. Entonces habrá permanecido 25 horas en las profundidades, el tiempo justo que precisa aguantar para batir el récord del mundo de inmersión con botellas de aire, que actualmente es de 24 horas.

Un equipo humano formado por catorce personas -buceadores y médico incluido- se alterna cada hora y media para asistir al deportista. Se trata de profesionales pertenecientes a sus dos clubes de buceo de Cala en Forcat -Seven Fathams y Happy Sub-, así como al Diving Center de Ciutadella y Son Bou, que tampoco han dudado en prestarle su apoyo.

Simon está provisto de líquidos y sopas, y hasta se le suministran pastillas de chocolate para que pueda vencer al hambre. Agitando las diversas boyas de colores que tiene a su alrededor logra comunicarse con sus colaboradores. Todas ellas responden a una necesidad diferente, pero sólo una puede marcar el éxito o fracaso de la aventura. Si tira de la señalizada con una luz roja, es que algo muy grave ocurre. Sus ayudantes saben que, si eso sucede, deben sacarlo del agua lo más rápidamente posible.

Hasta ahora, el mayor logro de Townsend era haber organizado la inmersión más larga en la historia de Escocia, una iniciativa que tuvo como escenario el mítico Lago Ness. Sin monstruo de por medio, hoy es él el protagonista. Numerosos curiosos ya se han acercado hata el solarium de Cala en Forcat para animarle. Promete ser el mayor atractivo dominical de niños y mayores.