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El ojo de un satélite a decenas de kilómetros de altura podría convertirse en el vigilante de los cientos de yacimientos arqueológicos submarinos de las costas españolas, amenazados por la codicia de los cazatesoros. Tras el famoso episodio del barco estadounidense Odyssey, el Ministerio de Cultura sopesa la posibilidad de instalar un sofisticado sistema de control que integraría las coordenadas de los pecios y detectaría con fotos si estos son merodeados reiteradamente por barcos; de este modo podrían activarse sistemas de control y evitar el expolio de yacimientos submarinos.
España cuenta con un número inmenso de yacimientos de este tipo (se habla de 8.000), en buena medida barcos hundidos, de todas las épocas. Desde griegos y romanos hasta los imponentes galeones de la España moderna, algunos de ellos cargados de oro o plata, que se hundieron más o menos cerca de la costa. Con algún caramelo más reciente, como la nave británica Beatrice, que a mitad del XIX navegaba de Alejandría a Londres, cargada con el sarcófago del faraón Micerinos, entre otras cosas, cuando se fue a pique cerca de Cartagena; parece que muy cerca, dado que la tripulación alcanzó la costa a nado.
El Odyssey,origen de la alarma, extrajo hace un año un tesoro valorado en 315 millones de euros del pecio Black Swan,que la empresa sitúa "en aguas internacionales" y que el ministerio sospecha que pertenecía a un barco español. El caso está en los tribunales americanos. El director del Museu d´Arqueologia de Catalunya, Pere Izquierdo, remarca que "lo que para unos es un tesoro, para la mayoría es historia, patrimonio y conocimiento".
Todo ello, así como yacimientos que un día estuvieron en tierra firme, están a la relativa intemperie del mar. Los avances técnicos de la inmersión subacuática, el progresivo agotamiento de los sitios en tierra firme y, sobre todo, la virginidad de muchos yacimientos marinos empujan a los aficionados y los cazatesoros hacia el agua, por lo que el Ministerio de Cultura ha empezado a tomar cartas en el asunto.
"El caso del Odyssey es una desgracia, y también una suerte, porque ha removido las conciencias", dice Xavier Nieto, responsable del Centre d´Arqueologia Subaquàtica de Catalunya.
La idea de controlar a los barcos vía satélite ha sido tratada en la comisión técnica del Plan Nacional de Arqueología Submarina, formada por representantes del Ministerio de Cultura, de las comunidades autónomas, de la Armada, de la Guardia Civil y por expertos en la materia. El asunto está en plena discusión. El sistema tendría un elevadísimo coste si se llevara a la práctica, dada la cantidad de documentos por analizar, según un miembro de esta comisión. Esta impulsa la denominada carta arqueológica, con todos los yacimientos del Estado. Catalunya es la comunidad que la tiene más adelantada, con 799 emplazamientos. Andalucía ha contado unos 400, pero el resto de comunidades carece de un censo completo, según Nieto.
La empresa de arqueología Nerea, vinculada a la Universidad de Málaga, lleva tres años desarrollando la tecnología para controlar vía satélite a los saqueadores. El proyecto ha recibido 87.000 euros de la Consejería de Innovación andaluza, pero podría aplicarse, con la información de base adecuada, a cualquier costa.
"Ya es hora de que los arqueólogos aprovechemos la tecnología. Lo que está pasando con los yacimientos submarinos es una ocasión inmejorable, porque es un saqueo contra la humanidad", opina Javier Noriega, de Nerea. Varios países desarrollan sistemas similares.
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