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El 1 de enero del 2009 entrará en vigor la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, adoptada el mes de noviembre del 2001, ofreciendo a los historiadores, arqueólogos y Estados un nuevo instrumento para salvar, preservar y revelar insondables misterios y tesoros todavía mal conocidos del patrimonio cultural mundial.
Más de tres millones de barcos que se hundieron en las aguas de cinco continentes, transportando fabulosos tesoros, continúan esperando el rescate, estudio y cuidado, como parte esencial de un patrimonio cultural mundial sujeto a las tentaciones de robos, expolios y comercios crapulosos.
Entre el patrimonio cultural subacuático mundial se encuentran ciudades hundidas, soñadas o imaginarias (como la Atlántida, que muchos arqueólogos sueñan con rescatar del fondo de los océanos), palacios legendarios (como el de Cleopatra), ruinas míticas (como el faro de Alejandría), sin olvidar los fabulosos tesoros todavía por descubrir en la ruta del oro de Indias.
Ese fabuloso patrimonio subacuático mundial es el que intenta preservar y defender la nueva Convención de la Unesco, invitando a los Estados a respetar unas normas de salvaguarda esenciales, ofreciendo a los investigadores, arqueólogos y «patriotas culturales» un instrumento para combatir todo tipo de tropelías y comercios ilícitos.
Los arqueólogos la celebran
La Convención respeta el derecho de los Estados, pero los invita al diálogo. Y el director general de la Unesco propondrá nuevas negociaciones para concertar fórmulas de entendimiento jurídico para resolver posibles conflictos.
La Convención fue aprobada el 2001, tras largos años de negociaciones. Siete años después, una veintena de Estados la han ratificado, permitiendo su entrada en vigor, el 2009, con cuatro grandes objetivos: obligación de los Estados de preservar el patrimonio subacuático; no explotación comercial de tal patrimonio; cooperación entre los Estados con el fin de preservar el patrimonio común; y promoción de la arqueología submarina, para mejor conocer, explorar y preservar fabulosos tesoros del patrimonio común de la humanidad.
El director del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, Xavier Nieto, declaró ayer que lo mejor de esta Convención es que trae la necesidad de adaptar las legislaciones nacionales a los puntos principales, algo que además España está haciendo ya. Gracias a ello tendrá fuerza legal. Entre los puntos negativos, Nieto señala que las grandes potencias de la arqueología marítima, salvo España, es decir Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos aún no han ratificado el texto. A pesar de ello, el arqueólogo afirma que la Convención se convierte en la regla de referencia y a los países a los que no obligue porque no la han ratificado, sí les quedará patente que ignorándola dan la espalda a las prácticas más aconsejables y a la mejor gestión del patrimonio.
La nueva Convención completa otros instrumentos de la Unesco, consagrados a preservar el patrimonio cultural de la humanidad: la Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado (1954), la de protección del patrimonio mundial, cultural y natural de (1972) y la de objetos culturales robados o ilegalmente exportados (1995). Además de las listas de Patrimonio Cultural y en peligro.
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